Bueno, pues ya he quitado la tapa de árboles. Mañana mido.
Relato los trabajos y algunas particularidades con que me he encontrado:
1.
Subo la moto a un caballete trasero para trabajar recto. Retiro asiento.
2.
Desconecto terminal negativo de la batería y lo encinto (no quiero morir abrasado).
3.
Vacío el depósito de gasolina con una bomba de aeromodelismo que tenía por ahí de cuando era joven. Claro, está pensada para depósitos de 80
cc y no de 17 litros, por eso creo que me he tirado como cuarenta minutos.
4.
Desmonto depósito. Se quitan las tapas laterales (dos tornillos), se quitan los cuatro tornillos que sujetan el depósito, se desconectan dos mangueras (ventilación y sobrellenado), se desconecta la bomba y se desconecta la tubería de alimentación deslizando el seguro hacia fuera y simplemente tirando de ella. Depósito en el suelo.
5.
Desmonto caja del filtro. La tapa lleva como doce tornillos. Luego la caja lleva otros dos y dos mangueras que hay que desconectar. También un sensor cuyo conector hay que quitar. Después hay que aflojar las abrazaderas de las toberas de admisión, son dos tornillos allen a los que se accede por los laterales. Una vez retirado todo esto, se tira con cuidado de la caja y sale. Si no, es que os habéis dejado algo y mejor que no sigáis tirando y reviséis.
6. Con el cuerpo de inyección a la vista,
tapo las toberas de admisión con cinta de pintor porque todo lo que caiga ahí va directo a los cilindros y puede hacer mucha pupa.
7. Ahora hay que
hacer sitio para poder acceder y desmontar la tapa de árboles, y lo que molesta sobre todo es el sistema de inyección de aire. Se desconectan las pipas de las bujías sacando sus conectores. Se desconecta el conmutador de aire quitando su conector. A continuación, yo he desmontado las válvulas de vacío de la tapa y he sacado todo el conjunto (conmutador, tubos y válvulas). El manual dice que hay que desmontar los tubos, pero ¿para qué? Menos trabajo a la hora de montar. Los de Kawasaki son un poco la repera. Usan un fijador celeste que deja los tornillos clavados, y cuesta tanto sacarlos que no sabes si los estás apretando o aflojando. Esto me ha pasado con los tornillos de las válvulas de vacío.
8. Después de esto me he venido arriba pensando que ya quedaba poco. Ja. Faltaba quitar todas
las protecciones térmicas (una alfombra de goma y una pletina de plástico), y esto me ha hecho sudar sangre. En el manual dice que hay que retirar tres abrazaderas de plástico que sujetan cables de la instalación. Y es indispensable para hacer sitio. Pues las abrazaderas van clavadas en la pletina de plástico con puntas de anclaje que hay que sacar a las bravas, tirando. Sudor por la espalda, con mucho miedo de romper algo porque todo es plástico. Después de una lucha a muerte, unos "clacks" de esos que hielan la sangre me anuncian que los anclajes de las abrazaderas han cedido.
Para sacar la pletina de plástico, el manual dice que hay que desmontar el radiador. Ya. Yo he cambiado el verbo "desmontar" por "descolgar", y me ha ido bien. Eso que me ahorro, aunque podría haber aprovechado para cambiar el refrigerante pero me da pereza, ya lo haré. Es sencillo.
9. Por fin, ya tengo la
tapa de árboles a la vista, con sus seis tornillos. A por ello, qué emoción. Saco los seis tornillos que van bastante flojos (10 Nm) y no tiene problema. La tapa ni se mueve. Normal, es la primera vez que se desmonta desde la fábrica. Llamo a mi amigo el mazo de nylon y este convence a la tapa de que es mejor no resistirse. ¡Tapa fuera!
Y ya está, he llegado a donde quería y tengo los árboles al descubierto. Mañana tranquilamente me pongo a medir, descansado y concentrado, que es un trabajo meticuloso de precisión. Hay que saber bien dónde medir y cuándo. Hay que apuntar y calcular. Un mecánico profesional lo hace con la gorra, yo necesito mi tiempo y mi concentración. Espero que todo esté dentro de tolerancias, es lo que dicen todos, en el primer reglaje es raro tener que cambiar pastillas calibradas. Pero todo puede pasar. Si tengo que cambiar pastillas, la apuesta sube porque hay que levantar los árboles de levas y no me gustaría llegar a eso. Pero llegados a este punto, voy a por todas y no me temblará la llave del quince.
Continuará en el punto 10 (medidas). De nada.